Hay miradas de todo tipo: miradas que matan; miradas que enamoran; miradas curiosas, indecisas, inocentes, descaradas, falsas y penetrantes… Miradas que se escapa donde no se debe mirar y miradas que sucumben a otra mirada.
Tú me miras a veces de color chocolate y otras de color azul. Unos ojos sinceros, que demuestran el apoyo de mis pasos. Unos ojos alegres y apasionantes llenos de vida.
Una sonrisa que me dedicas en cada frase, que me sueltas todos los días. Esas risas tan estúpidas que podemos llegar a crear o simplemente el hecho de reírnos por cualquier bobería. ¿Qué decirte? Creo que un pequeño texto, no demuestra todo lo que te aprecio, todo lo que me haces sentir y ver, todo lo que eres para mí.
Llegaste a mi vida sin pensarlo y creo que cada día que compartimos juntos son los mejores de nuestras vidas; al menos para mí. Cambiaste mi forma de ver las cosas, abriste mis ojos para que difuminara esa fantasía que aun me quedaba. Tu mente madura me hace viajar hacia un país lleno de experiencias que todavía me queda por encontrar.
Se podría decir que te he cogido un cariño especial, de esos que solo le coges a ciertas personas. Y si, cuento contigo para todo, hasta para elegir cosas insignificantes. Me aguantas todas las perrerías, todas las gilipolleces que se me pasan por la cabeza y me ayudas a comprender mejor mi vida para no tirar la toalla en tonterías. He aprendido que lo bueno llega cuando menos lo esperas. Probablemente a veces odie mi forma en la que te trato, en la que te hablo y por favor perdóname si algún vez te hice daño, si te causé angustia. Pero no se qué haría sin ti, sé que es un frase típica, pero es lo que siento. Se me derrumbaría el mundo porque ya no tendría esa mano que me dirige por el camino adecuado, esos consejos que nunca hago caso sabiendo que tienes razón en todo momento. No vería esas sonrisas que tanto me alegran las mañanas o esos pellizcos que me hacen saltar. No tendría esa vitalidad de tus miradas ni tampoco el apoyo de tu existencia.
Quiero tenerte en mi presente y en el futuro. Quiero que continuemos hasta el fin del mundo, luchando contra cada barbaridad que se nos interponga. Porque juntos somos fuertes, invencibles.
Jorge eres grande, grandísimo. Y nada, ni nadie borrará todo aquel sueño que quieras conseguir porque de verdad que eres fuerte, que te aprecio un montón.
Recordemos cada momento, para cuando seamos viejos y las canas se apoderen de nosotros reírnos de cada anécdota vivida y de los pocos amigos que existen como tú. Contemos a nuestros nietos, lo importante que fuimos en la vida del otro y comámonos el mundo disfrutando juntos de cada detalle.
Tú me miras a veces de color chocolate y otras de color azul. Unos ojos sinceros, que demuestran el apoyo de mis pasos. Unos ojos alegres y apasionantes llenos de vida.
Una sonrisa que me dedicas en cada frase, que me sueltas todos los días. Esas risas tan estúpidas que podemos llegar a crear o simplemente el hecho de reírnos por cualquier bobería. ¿Qué decirte? Creo que un pequeño texto, no demuestra todo lo que te aprecio, todo lo que me haces sentir y ver, todo lo que eres para mí.
Llegaste a mi vida sin pensarlo y creo que cada día que compartimos juntos son los mejores de nuestras vidas; al menos para mí. Cambiaste mi forma de ver las cosas, abriste mis ojos para que difuminara esa fantasía que aun me quedaba. Tu mente madura me hace viajar hacia un país lleno de experiencias que todavía me queda por encontrar.
Se podría decir que te he cogido un cariño especial, de esos que solo le coges a ciertas personas. Y si, cuento contigo para todo, hasta para elegir cosas insignificantes. Me aguantas todas las perrerías, todas las gilipolleces que se me pasan por la cabeza y me ayudas a comprender mejor mi vida para no tirar la toalla en tonterías. He aprendido que lo bueno llega cuando menos lo esperas. Probablemente a veces odie mi forma en la que te trato, en la que te hablo y por favor perdóname si algún vez te hice daño, si te causé angustia. Pero no se qué haría sin ti, sé que es un frase típica, pero es lo que siento. Se me derrumbaría el mundo porque ya no tendría esa mano que me dirige por el camino adecuado, esos consejos que nunca hago caso sabiendo que tienes razón en todo momento. No vería esas sonrisas que tanto me alegran las mañanas o esos pellizcos que me hacen saltar. No tendría esa vitalidad de tus miradas ni tampoco el apoyo de tu existencia.
Quiero tenerte en mi presente y en el futuro. Quiero que continuemos hasta el fin del mundo, luchando contra cada barbaridad que se nos interponga. Porque juntos somos fuertes, invencibles.
Jorge eres grande, grandísimo. Y nada, ni nadie borrará todo aquel sueño que quieras conseguir porque de verdad que eres fuerte, que te aprecio un montón.
Recordemos cada momento, para cuando seamos viejos y las canas se apoderen de nosotros reírnos de cada anécdota vivida y de los pocos amigos que existen como tú. Contemos a nuestros nietos, lo importante que fuimos en la vida del otro y comámonos el mundo disfrutando juntos de cada detalle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario